Autora: María Cortés
Una familia de linces estaba muy feliz en su cueva después de haber salido por el campo a dar un tranquilo paseo. Papá y mamá lince estaban jugando con sus siete hijitos cuando de pronto escucharon ruidos y voces de personas.
(Cazador): Si no hacemos ruido podremos cazar linces.
(Lince padre): Rápido!!!! Tenemos que salir de aquí YA!!!
(Lincesa): ¿Por qué?
(Lince): Cazadores!! vienen cazadores!!!!
(Lincesa): Oh, nooo!!!!
(Lince): ¿Dónde podemos ir?
(Cachorros): Eso, eso!, ¿y cómo saldremos de aquí si están los cazadores ahí fuera?
Los cazadores se acercaban a la cueva e imitaban el ruido de los linces para que salieran, pero los linces no 'picaban'. No colaba!!. Uno de los cazadores se acercó mucho a la cueva de los linces, y uno de ellos -el más mayor- se le abalanzó, mientras los demás linces se escapaban.
Salieron todos corriendo para meterse en casa de Belén, una niña que tenía una casa en el campo y que conocía a los linces y paseaba y jugaba con ellos habitualmente.
Llegaron los linces corriendo y luego los alcanzó el hermano mayor, que consiguió escaparse de los cazadores que, como no pudieron capturar a ningún animal, se fueron a un bar a tomarse algo.
Los linces fueron muy felices en la casa de Belén, que los acogió en una cuadra que tenía la casa de sus padres. Allí vivieron los siete hermanos linces, los papás linces... y cuatro caballos, que se hicieron amigos.
Y todos se protegieron mutuamente y vivieron felices durante muuuuucho tiempo.
1 comentario:
esta chulo.
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