Autor: Pepe Moreno
Hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano, existió un gran elefante que era el mejor luchador de entre todos los animales.
Un día un canguro se atrevió a retar al elefante.
- Te voy a dar la mayor paliza de tu vida canguro – dijo el elefante
- Eso ya lo veremos, gran luchador- respondió el canguro.
Y comenzó el combate, la lucha estaba muy igualada, pero finalmente el elefante agarró al canguro del cuello y le tiró al suelo, le gritó
-¡Prepárate para recibir mi mejor golpe, canguro!¡Trompa infernal!
Y dio con su trompa un golpe mortal al canguro.
-¡Vaya, qué rápido ha terminado la pelea, yo creía que iba a durar mucho más!– dijo un mono que estaba de espectador.
-¡Más, más, quiero más¡- gritaba el elefante.
- A ver, ¿quién se atreve a luchar contra mi?
Y al decir estas palabras el elefante, una ardilla valiente, pequeña y canija, pero muy lista, le contestó
- ¡Yo lucharé contra ti!
El elefante se preparaba para volver a dar su golpe mortal, pero la ardilla, de repente, sin que nadie supiera muy bien cómo, sacó un pequeño ratón. No pudiendo soportar el elefante el gran miedo que tiene a los ratones, salió corriendo y no volvió nunca más.
Desde ese día el título de gran luchador perteneció a una pequeña ardilla que no tenía músculos pero tampoco tenía miedo a nadie por ser más pequeña que los demás.
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