Autora: Nadia Timonet Bellido
Érase una vez una muchachita llamada Laura que vivía en un monte verde lleno de árboles, flores y animales. Un día la muchacha quería dar un paseo por el monte para coger flores.
Mientras Laura cogía flores de distintos colores escuchó algo entre los matorrales y dijo :
-¿Que ha sido eso?.
Pero Laura no le dio mucha importancia.
Camino a casa Laura vio algo correr :
-Ya están otra vez los gatos cazando ratones.
Cuando la muchacha entró en su casa, vio a una niña pequeña y rubita sentada en el suelo, que vestía con ropa muy sucia.
Laura se quedó mirándola y le preguntó:
-Pequeña, ¿qué haces aquí?
La niña le respondió en voz muy baja:
-Hace unas semanas me enviaron y esta mañana al fin encontré tu casa.
Laura se quedó un poco pensativa:
-Mmm... que te enviaron, ¿quien?
La niña le respondió:
-Eso no te lo puedo decir, pero tienes que venir corriendo conmigo.
La niña le pegó un tirón del bazo no muy fuerte a Laura.
Las dos jóvenes iban monte abajo hasta que llegaron a una casita muy pequeña, la niña le dijo a Laura:
-Este es el palacio de los ratones. Me tienes que hacer un favor, deja que los ratones vivan en tu casa para que los gatos no se los coman y yo a tí vestidos lujosos, una carroza de caballos blancos y un palacio te daré y serás siempre muy feliz.
Laura aceptó y por siempre jamás vivió con los ratones y tuvo todo lo que la niña le dijo.
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