Autor: Manuel Castillo Sancho
Érase una vez una pequeña niña que vivía en un castillo embrujado. Esa niña era hija de un brujo, del brujo más malvado. Cuando pasaron los años el malvado brujo se casó con una mujer buena y humilde. La hija la odiaba con locura porque ya tomaba poderes de su padre que cada vez se hacía más viejo. El día que el malvado brujo murió, su pequeña hija, ya mayor, tomó todo su poder, las pociones, libros etc…
La niña hizo una poción malvada para matar a su madre. La invitó a una cena, se la dio y al instante murió. La bruja se sentía sola y deseaba casarse, deseaba un príncipe azul. Unos días después cazó unas siete ratas para que le acompañasen, las embrujó, y les hizo que hablaran. Las ratas furiosas le dijeron:
-Bruja asquerosa, déjanos en paz. Si quieres un príncipe azul tienes que demostrar tu amabilidad y ser buena.
Así que la bruja dejó libres a las ratas, fue a revivir a su madrastra buena y su príncipe se le apareció en un sueño y le dijo:
-Toma esta pluma dorada y preséntate mañana en la parte más espesa del bosque.
Ella enloquecida se levantó y vio la pluma en sus pies. El día siguiente se presentó en el bosque. ¡Allí estaba el príncipe a lomos de su caballo blanco! La mujer se montó y fueron felices para siempre.
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