Érase una vez, un niño llamado Francisco. Tenía 11 años para 12. Era el mayor de su clase. Él tenía muchas pesadillas, tantas que había noches que ni dormía; bueno a lo que iba, un día soñó que una legión de zombies y arañas mutantes atacaban la Tierra. Cuando se despertó creyó que era un día normal pero cuando miró por la ventana...
¡HABÍA UN MONTONAZO DE ZOMBIES Y ARAÑAS MUTANTES!
-No, no, no, esto no puede estar pasando- dice Francisco asustado.
Por suerte tenía al lado de su casa una tienda de armas con un montón de armas diferentes: escopetas, rifles, AK47, revólveres, uzis, etc.
Tenía tantas armas porque la tienda era ilegal y estaba muy bien camuflada por lo que la policía nunca los pillaba.
-Bueno al menos he tenido suerte- afirma Francisco alegre- venga, vamos a la tienda.
Pero aun así tenía miedo por dos motivos:
1º No sabía si era de verdad o era un sueño.
2º No sabía cómo pararlo (si era un sueño, claro).
De pronto se desmayó antes de ir a la tienda.
En el sueño apareció un destello de luz que le dijo:
-Francisco, tienes que ser fuerte y valiente y salir de esa pesadilla.
-¿Y tú quién eres?- preguntó Francisco.
-Yo soy...-
Pero no le dio tiempo a terminar la frase.
Cuando llegó a la tienda cogió una especie de chaleco en el que podía llevar muchas armas y balas y claro, de las armas que más llevaba eran pistolas y revólveres, porque armas grandes como escopetas no las podía sujetar.
Pero cuando menos se lo esperaba, apareció una tarántula de 5m y un zombie con motosierra. Por suerte escuchó un ruido antes y ya estaba preparado.
Salieron los dos enemigos y pum, pum, pum.
Los zombies oyeron los disparos y Francisco luchó por su vida pero los zombies lo atraparon y
Pero Francisco se despertó y de pronto escuchó
-Francisco, tienes que ser fuerte y valiente y salir de esa pesadilla.
Y resultó que era su madre.
-¿Habrá sido un sueño o habrá sido de verdad?
Y cuando nadie se lo esperaba la madre se da la vuelta y se ve como un zombie.
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