Autora: Belén Barranquero Molina
Érase una vez que llegaba el día de Halloween, dos amigas, Elisa y María, no sabían de qué disfrazarse. A Elisa se le ocurrió hacerse un disfraz de fantasma y a María de bruja. Entonces dijo Elisa
– Tú siempre quieres disfrazarte de bruja, deberías de cambiar un poco, ¿no?
María le contestó:
– No sé, no sé, es que me encanta disfrazarme de bruja con esos vestidos tan elegantes e imaginarme que voy volando con mi escoba y mi gatito negro.
Elisa:
- Pues este año no te vas a disfrazar de bruja nos vamos a disfrazar iguales.
Entonces, mientras pensaban, se pusieron a ver en la tele “Las señoras que...”
y se les ocurrió llamar al tío de Elisa que tenía una tienda de disfraces.
Al final se vistieron de fantasma, como Elisa quería, y las dos estuvieron de acuerdo y dieron muchos sustos a todo el mundo y consiguieron dos bolsas de caramelos. Todo el mundo decía:
¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, qué susto!
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