Autor: Francisco Martínez
Érase una vez un niño que se llamaba Harry, tenía 8 años, con su padre y su madre estaban en su jardín. La madre estaba preparando la comida y Harry y su padre jugaban en el jardín:
- Águila, contesta, soy León, cambio- dice Harry.
- León, ¿dónde estás?, cambio- dice el padre.
- Estoy detrás de de las piedras, cambio- dice Harry.
- Yo también, a la de tres, asustamos a tu madre, entendido León cambio y corto- dice el padre.
- Entendido Águila, cambio y corto- dice Harry.
- Una, dos y...- dice el padre.
- ¡BUUUUUUUUUUUUUUUUUH!- dicen entre los dos.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!, no me deis esos sustos por favor- dice la madre.
- Vale- dice Harry.
- Bueno, a comer se ha dicho- dice la madre.
Y se comieron unas alitas de pollo buenísimas.
Llegó la noche. Harry se lo había pasado muy bien.
Llegó la Navidad y Harry sacó sobresaliente en todas las asignaturas, todos se pusieron muy contentos.
Llegó el seis de Enero y Harry emocionado se levantó pero en el salón no estaban, así que fue a la cocina porque sabía que eran muy bromistas, pero tampoco estaban, fue a la terraza, etc. Pero tampoco estaban, y le parecía muy extraño. Despertó a sus padres, y los padres no sabían qué había pasado.
Al principio creían que se los habían robado y después que un alien se los habían llevado, pensaron todos.
- ¿Qué crees que ha pasado, papá?- pregunta Harry.
- No lo sé, hijo- le contesta el padre.
- Pero vamos a averiguarlo- le dice la madre.
- ¿Cómo lo vamos a hacer, mamá?- dice Harry.
- Preguntándoselo a ellos mismos- le dice la madre ha Harry.
Y Harry con su familia fueron a Oriente a visitar a los Reyes Magos.
Se encontraron a los Reyes Magos en su casa.
- ¿Por qué no tengo regalos?- preguntó Harry.
- Lo siento, no sabemos qué ha pasado- dice Melchor.
- Nos acabamos de dar cuenta de que nuestra máquina de listas está estropeada- dice Gaspar.
- ¿Qué, cómo va eso, Baltasar?- grita Melchor.
- ¡Muy bien!- grita Baltasar.
- Ya está- dice Baltasar.
- Resulta que nuestra máquina de hacer listas te había puesto a tí y a tu familia con una cruz (malo)- le explica Baltasar a Harry.
- Bueno, ya la hemos arreglado- dicen Gaspar y Melchor a la vez.
- En vuestra casa os espera una gran sorpresa mañana- dice Gaspar.
- No le digáis nada de esto ha nadie- dice Melchor a Harry.
Y entre los tres hicieron un conjuro que les hizo retroceder atrás en el tiempo un día antes de los regalos.
- Vaya, qué divertido ha sido, mamá- dice impresionado Harry.
- Es que os tengo que contar un secreto, yo soy amiga de los Reyes Magos.
Llegó el día siguiente y los regalos estaban debajo del árbol.
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