Autora: Ana Belén GálvezHola, me llamo Margarita, tengo diez años y unos días antes de Navidad, mi padre nos trajo un árbol muy grande y muy bonito. Entonces mis hermanos y yo nos pusimos muy contentos, corriendo sacamos los adornos de navidad y nos pusimos a adornarlo. Yo puse una bola roja, mi hermano una estrella, mi hermana las luces, pero cada vez que poníamos algo se nos caía, lo volvíamos a poner y nada de nada, otra vez todo al suelo. Los tres nos mirábamos y no entendíamos nada. Mi hermano ya enfadado dijo:
- Yo no quiero este árbol, no se puede poner bonito.
Mi hermana y yo le dimos la razón y dijimos:
- Vámonos a la cama y mañana papá que lo devuelva- y los tres nos acostamos.
Era tarde pero yo no podía dormir, entonces me levanté y vi al árbol llorando y le pregunté:
- ¿Qué te pasa, por qué lloras?
El me contestó:
- No me pasa nada.
- Entonces ¿por qué estás triste?- le pregunté.
- Por nada
- Dímelo, no se lo diré a nadie.
- Es que han talado a toda mi familia, a mi padre, mis hermanos, mi madre y amigos míos, y todos los años pasa igual, el año pasado talaron a mis abuelos y no entiendo por qué en invierno vienen los humanos y nos cortan.
Yo le contesté:
- Porque es Navidad y en estas fechas adornamos árboles, comemos turrones, mantecados, celebramos la Nochebuena, el Año Nuevo y nos hacemos regalos.
- ¿Y eso qué tiene que ver con los árboles?
- Pues no lo sé, pero lo que sí deberíamos hacer es poner árboles artificiales o si ponemos naturales sembrarlos en tierra para que puedan vivir y poderlos adornar más de una año, ¿no te parece? Mañana le preguntaré a papá si te podemos plantar en el jardín y así seas nuestro árbol de Navidad para siempre. ¿Te gustaría?
- Pues la verdad es que sí.
Al día siguiente, cuando me levanté, se lo dije a mi familia y hoy que tengo muchos años más, aún tenemos nuestro árbol de Navidad y todos los años lo adornamos y le ponemos luces. Si todos hacemos esto, los bosques nunca se quedarán sin árboles.
FELIZ NAVIDAD A TODOS.
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