lunes, 17 de diciembre de 2012
El Gordo
NARRADORA: Esta es la historia de Conchita. Una mujer como cualquier otra, que tiene sus preocupaciones como cualquier otra (la mujer va de un lado a otro preocupada), sus alegrías (la mjer ríe como una loca), que se cansa (la mujer se sienta y se duerme) y se duerme como cualquier otra, que ronca (se oyen ronquidos)…..como cualquier otra.
Y sueña. Veamos lo que sueña.
NIÑOS DE LA LOTERÍA: (imitando a los niños de la lotería de Navidad)
1- 12.651
2- Mil euros
1- 55804
2- Mil euros
1- 88.975
2- Mil euros
1- 33.618
2- Tres millones de euros
1- 33.618
2- Tres millones de euros
(Suena muy fuete una sirena y se despierta)
MUJER: Uy, me he quedado frita. Y he soñado y todo. Estaba soñando….¿con qué estaba soñando? Era bonito. A ver si me acuerdo…..Nada, no me acuerdo. (tararea el sonido de los niños cantando los números). Ah, sí, con la lotería (sigue tarareando) Tres millones de euros. ¡El gordo, he soñado con el gordo! ¡Y mañana (o pasado mañana, según el día de la representación) es el sorteo! Mira que si toca ese número. No me extrañaría porque dicen mis vecinas que soy un poco adivina, je je je. Mmmm ¿Pero qué número era.? (hece esfuerzos por recordar) Nada, imposible. Ya sé, me voy a dormir otra vez a ver si lo vuelvo a soñar.
(Se sienta y se duerme, vuelve a roncar)
DOCTOR: (con acento alemán) Hola, soy el doctor Rasmussen de la universidad de Viena y me he entrometido en tu sueño para decirte que no se puede volver a un sueño anterior puesto que el inconsciente es incontrolable y……
MUJER: Cállate ya, gafe. Y vete de una vez. (ronca)
HIJO 1: Hola mamá. Queremos decirte que estaban muy buenas las natillas que nos preparaste ayer. (Mirando para todos lados) Uy, qué raro es esto ¿no?
HIJO 2: (con voz de niño chico) Clado, como que es el cedebdo.
HIJO 1:¿El celebro? ¿Y qué celebra? ¿Es hoy su cumpleaños?
HIJO 2: Ce-de-bdo, no celebdo. Con ede de Damón.
HIJO 1: Calla, y a ver cuándo aprendes a hablar de una vez. Mmmm, cuántos números volando ¿esto qué es?
HIJO 2: Es que me padece que mamá está buscando un númedo. Mida, pod ahí viene el cuatdo.
(se agachan para que no les dé)
HIJO 1: Uy, casi. Cuidado, que viene el veinte.
HIJO 2: El veinte no lo he enseñado mi señodita aún.
HIJO 1: ¡¡¡¡Que viene el tres millones, vámooonooooos!!!!
(ronquidos)
VECINA 1: Hola vecina, nos hemos enterado de que buscas un número y hemos venido a ayudarte. ¿Tú habías estado antes en un sueño?
VECINA 2: Yo no,. Pero desde que vi Pesadilla en Elm Street tenía ganas
VECINA 1: Bueno, empezamos Ayer estaban los tomates a 1,50
VECINA 2: Qué barbaridad. Pues anda que las chirimoyas….¡a 3.80!
VECINA 1: Espera, que Conchita quiere algo (se acerca a la mujer dormida y vuelve) Que dice que números más altos.
VECINA 2:¿Y los aguacates? ¡A 500 euros el cuarto!
VECINA 1: No sé dónde vamos a llegar. Una docena de huevos 800 euros.
MUJER: Más altos, más (ronca)
VECINA 1: ¿Te acuerdas del café que nos tomamos ayer? 2.500 euros. Y no estaba bueno.
VECINA 2: Pues cuando iba para mi casa se me ocurrió comprarme una revista y…..8.000 euros.
VECINA 1: Y yo que llego a mi casa y mi hija me dice: mamá, mañana hay una excursión y el autobús vale 20.000 euros. Supera eso.
VECINA 2: Eso está hecho. Miro en el buzón y está la factura del móvil. Dos millones de euros.
VECINA 1: Hija, Conchita, tú serás muy buena amiga pero a mí con estos precios me están dando unos sudores fríos y unos mareos que pa qué, así que mejor nos vamos.
VECINA 2: Ya te digo, vaya a ser que al final no sea un sueño. Que por el camino que vamos no me extrañaría.
(se van, la mujer sigue roncando)
(se agita como en una pesadilla)
MUJER: No, no, vosotros no. Caca, caca.
(entran Freddy Krueger y un zombi, van de espaldas, se chocan y se asustan)
AMBOS: Ahhhh!!!
FREDDY: ¿Tú qué haces aquí? ¿Acaso te ha llamado?
ZOMBI: No, pero a tí tampoco. (con pena) Nadie invoca a los monstruos (hace pucheros)
FREDDY: Calla, los zombis no lloran. A mí no me ha llamado directamente. Pero ha nombrado a mi peli. Suficiente ¿no?
ZOMBI: Si tú lo dices.
FREDDY: Además las pesadillas son mi especialidad.
ZOMBI: Por cierto, ¿cuántas Pesadillas en Elm Street hay ya?
FREDDY: No sé, nueve o diez, no estoy seguro.
MUJER: Más altos, más altos.
FREDDY:¿Qué dice la señora?
ZOMBI: No sé. Siguiendo con el tema, pues de zombis hay miles.
MUJER: Concreta, concreta.
ZOMBI:¿Está loca?
FREDDY: Habrá miles, pero no os coméis a nadie. Así (imita ridiculizando el movimiento de los zombis). Es que sois lentísimos, no pilláis ni a un caracol. Estáis como atontaos. Sin embargo yo, chass (hace el gesto de arañar con la mano) y ale, otro pal bote. A cientos me he cepillao.
MUJER: Concreta, concreta.
FREDDY: Y dale con la señora.
ZOMBI: Hablando de croquetas, me está entrando un hambre… (se dirige a Freddy como para comérselo)
FREDDY:¿Qué quieres? ¿Comerme? Vete ya pallá …que te doy un …..
MUJER: El uno no.
FREDDY:¿Pero qué dice?
ZOMBI: Parece que está buscando números. ¿Le ayudamos?
FREDDY: Qué números ni qué niño muerto, ni que estuviéramos en matemáticas. Vamos a por ella Pero rapidito que si no nos dan las uvas.
(se dirigen hacia la mujer)
MUJER: (muy agitada) No, no, no. Fueraaaaaaa.
(los monstruos se van)
MUJER: (se depierta todavía agitada) ¡Fuera! ¿Estoy viva, no? ¿Me falta algo? (se mira por todas partes). Malditas pesadillas. Cada día tengo más. Y más tontas. El otro día soñé que me mataba La Bella Durmiente. Que para colmo es que está dormida y aunque quisiera no podría. (pensando) Dormida……¿para qué estaba yo dormida? Era para algo (se dirige al público) ¿Sabéis para qué estaba yo dormida?
Ah sí, para volver a soñar el gordo de la lotería. Pero de momento lo que se dice nada de nada. En fin, habrá que intentarlo otra vez. (se sienta) Ay, qué dura es la vida. (se duerme y ronca)
(entra el hado madrino, con gorro, varita y un papel en la mano)
HADO: Soy un hado madrino…..o padrino que ya no sé cómo se dice. Sí, sí, no os riáis. ¿Porque sea un hombre no voy a poder ser hado? ¿Acaso las mujeres no son …. bomberas? Pues eso. A ver, yo hubiera preferido ser otra cosa, no sé, cámara de televisión por ejemplo. Pero tal como están las cosas no está uno para elegir. Así que me apunté a esto y aquí estoy, con un contrato de un mes. Eso sí, se acaban las navidades y a tu casa a darte varazos en la cabeza. Ah no, que la varita la tengo que devolver.
Bueno a lo que íbamos. Conchita García, Conchita García (la busca en el papel) Aquí está. Pone que ha sido buena….y que se cumpla su deseo. Que es soñar con el gordo. Pues vaya deseo. Lo bueno es que te toque, pero soñar…. Claro, es que yo soy un hado de deseos de tercera categoría. Los deseos mayores todavía me vienen un poco grandes. A ver si para el día de los enamorados. Aunque algunos colegas me han comentado que para ese día algunos deseos no es que sean grandes, es que son imposibles.
Bueno, vamos con este:
Varita, varita
no me falles ahora
concédele el deseo
a esta señora.
(se dirige a los niños de la lotería y les toca con la varita. Se levantan)
NIÑOS DE LA LOTERÍA:
1- 33.618
2- Tres millones de euros
1- 33.618
2- Tres millones de euros
(se dirigen a Conchita y se lo dicen al oido. Se van)
MUJER: (cantando como los niños y muy nerviosa) 33618 tres millones de euros. El gordo, 33618, que no se me olvide, lo voy a apuntar (le pide a alguien un lápiz y un papel) Ya está. Estoy segura de que ese va a ser el gordo ¡Y lo he vuelto a soñar! Parece magia ¿no? Bueno, ahora hace falta que lo encuentre. Pff, qué difícil. Pero como lo encuentre me va a dar algo. Me voy corriendo a la calle. Buena suerte, Conchita.
GRAN HADA: Hado
HADO:¡Es mi jefa! ¿Sí, gran hada?
GRAN HADA:¿Hacemos la gracia completa?
HADO:¿A qué se refiere?
GRAN HADA: Pues a que hagamos que encuentre ese número ¿a qué va a ser?
HADO: Sí, estaría bien….pero ¿cómo?
GRAN HADA: Usa el poder de la varita. Si lo consigues te asciendo a hado de segunda categoría y además te prorrogo el contrato. Adiós.
HADO: Pero, pero…..jefa ¿estás ahí?
¿Qué hago? Que use el poder de la varita me ha dicho. Bien, voy a imaginarme que encuentro un décimo de lotería aquí dentro (mirando al cuaderno que lleva). Me concentro (se concentra y abre el cuaderno) Nada, así no. A ver si diciendo unas palabras mágicas.
Varita, varita
por lo que más quieras
haz que aparezca un décimo
en la cartera
(mira y hay dos décimos) ¡Tooooma! ¡Encima, dos! ¡Qué máquina, yo valgo para esto!
Bueno ¿y ahora qué hago?
GRAN HADA: Tendrás que salir a venderlos ¿no, hado?
HADO: Ah, claro, je je
¡El gordo, llevo el gordo! (se da cuenta de que va con el gorro y la varita) Uy, así no (se lo quita) El gordo, llevo el gordo, 33618, el gordo. Dos me quedan.
(aparece Conchita)
MUJER:¿Qué número lleva, buen hombre?
HADO: El 33618
MUJER: Ay, que me da algo ¿Usted es una persona normal de carne y hueso? (lo toca)
HADO: Pues claro, señora. No siga que me hace cosquillas.
MUJER: Déme un décimo…..y el otro se lo queda usted, hágame caso.
HADO: Yo no puedo, señora. Yo los vendo, no los compro.
MUJER: Bueno pues entonces déme los dos décimos (se los da) Y ahora yo le doy uno a usted.
HADO: Pero señora…..
MUJER: Ni pero ni manzana. Tome esto y guárdeselo bien. Hágame caso, buen hombre.
(se queda sola)
MUJER: (suspira) Ayyyyyy, ahora sí puedo dormirme tranquila (se sienta, se duerme y ronca)
NARRADORA : Aquí dejamos a Conchita con sus deseos, sus sueños, sus pesadillas,……y sus ronquidos. Claro que no sabemos si le tocará la lotería. Pero eso ya es un deseo de categoría especial y ni siquiera la gran hada puede conseguirlo. En todo caso ya sabéis el dicho: “la felicidad no consiste en tener lo que se quiere, sino en querer lo que se tiene”. ¡Qué gran verdad! Aunque no es menos cierto que a nadie le amarga un dulce ¿A que sí? En fin, buenas noches y buena suerte.
Ah, y feliz navidad a todos.
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