Autora: Marina Testa Moreno
En mi cuento había 1.000.000.000.000.001 de cosas muy raras, algunas de ellas eran estas:
Un conejo que se arrastraba, una serpiente que saltaba, un perro que decía: ¡miau, miau!; un gato que decía: ¡guau, guau!; un vampiro que salía de día, un pez sin escamas, una lagartija sin patas, una jirafa sin cuello, un jardín sin hierba, un niño que era una niña y una niña que era un niño. También había un tenista sin raqueta, un médico sin tener a nadie que operar, una calculadora sin números, un ordenador de bolsillo, una chaqueta de tirantes, una radio sin voz, un reloj sin agujas, un CD sin contenido, un sofá de hierro, una televisión sin mando. Y además había comida sin sabor, una lengua sin papilas gustativas, una canasta sin aro, un ordenador sin teclado, una cama con pinchos, una llama sin fuego, un mundo sin color, cuadros sin pintura, un armario sin puertas, una pelota de tenis blandita, una de goma-espuma muy dura y la wii sin juegos.
Hay MUCHAS MÁS, pero si te cuento todas nunca acabaremos.
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