Autora: Almudena Roldán Cobos
Érase una vez un rey tonto. El rey tenía miles y miles de sirvientes porque cada dia morían 10 sirvientes; el rey todos los días le decía a algún sirviente que se tirara por la ventana o cosas parecida. El rey creía que sus sirvientes eran imortales porque le decía a uno que se tirara por la ventana y al rato volvía uno clavadito.
Las personas del país decididieron llamar a su padre al que estaba a su bola les dijeron que le hiciera abrir los ojos, dijo que tenia un plan, ordenó llamar a todos sus sirvientes y les dijo que se tomaran unas vacaciones excepto uno. El rey tonto llamó a su sirviente y le dijo que se tirara por la ventana. Al rato no vino nadie y se creyó que se habían muerto. Después de un mes de sufrimiento todos sus sirvientes volvieron y le enseñaron una lección al rey tonto.
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