Autor: Francisco Martínez
Un noche fría, dos niños pequeños, uno tenía cinco años y el otro seis años, que se llamaban Francisco y Diego. Esa misma noche llamaron a la puerta y su madre abrió, pero ese hombre tenía...una escopeta y le disparó a la madre. El padre les dijo que se escondiesen y el tío de la escopeta le disparó al padre y robó todo lo que había.
Pasaron veinte años.
-Diego, ¿estás preparado?– dijo Francisco.
-Sí. Nuestro trabajo va a ser muy chulo- dijo Diego.
Dijeron que su trabajo era chulo. Os digo cuál era su trabajo: pues su trabajo iba a ser granjero.
Compraron dos billetes de tren y llegó la hora de montarse. Pasaron dos días estupendos, tranquilos, etc.Pero...en el tercer día ya ocurrían cosas más extrañas. Tenían que viajar durante dos semanas. Al cuarto día por la mañana se encontró a una persona muerta. Algo pasaba en ese tren.
-Diego- dijo Francisco.
-Sí- dijo Diego.
-¿Investigamos este asesinato y averiguamos quién es el asesino?- dijo Francisco.
-Pero sólo una cosa, hay que tener mucho cuidado- dijo Diego.
-Vale- dijo Francisco.
Pasaron dos días y no descubrieron nada, pero los asesinatos iban creciendo. Descubrieron un cartucho, sangre y un trozo de pared. Eso significaba que uno murió de un disparo, otro en una pelea y otro lo durmieron y lo estamparon en la pared.
Nos hicimos amigos de un chico que se llamaba Antonio. Él nos explicó cosas, nos ayudó e investigó cosas para nosotros. Al fin, por los últimos días de la semana vieron a un tipo parecido al que mató a sus padres. Lo consiguieron identificar.
Antonio llamó a Francisco y a Diego y resulta que las huellas de la bala y la sangre conducían al tío que mató a sus padres, lo siguieron y sí era él.
En el penúltimo día la persona esa entró en la habitación de Francisco y Diego con un cuchillo pero Francisco escucha sus pasos, se despierta y el tío huye. Diego los persigue junto a Francisco. El tío separa el tren pero Diego y Francisco saltan a tiempo, lo cogen, pero e tío se defiende y escapa. Encontraron dos balas y dos pistolas.
-¡Vamos, Diego!- dijo Francisco.
-Sí- dijo Diego.
-¡Pum, pum!- Diego disparó y le dio en la pierna.
-¡Aaagg!- gritó el tío.
-Antes de que me matéis, quiero que sepáis que mi nombre es...Paolo- dijo.
Iban a llegar en dos horas.
-¡Sayonara!-dijo Francisco.
-¡Pum, pum!- Francisco disparó y mató a Paolo.
"Nuiiiiiicccccc", suena el tren frenándose.
El día que llegaron a su destino era Halloween y lo celebraron todos juntos: Francisco, Diego y Antonio.
Al día siguiente Antonio tenía que ir a su trabajo. Francisco y Diego empezaron su nuevo trabajo.
-¡Ah!, ha sido una aventura- dijo Diego.
-Sí, hemos vengado a nuestros padres, hemos conocido a una persona, hemos resuelto un caso- dijo Francisco.
- Por fin hemos llegado a nuestra granja.
2 comentarios:
FRAN ESTA MUY CHULO EL CUENTO
Gracias Elena.
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